Cagalear – Emplearse de manera poco eficaz en el desarrollo de una labor, mostrando poco interés por ella y desviando la atención hacia cosas ajenas al proceso. Este tipo de actitud suele producirse cuando se desconoce cómo realizar la tarea o cuando ésta resulta poco atractiva, y claro, ello hace que su finalización se eternice y produzca en quien la espera, la consiguiente irritación. Es la actitud típica de quienes son conscientes de sus limitaciones y no son capaces de reconocerlo, pero también de aquellos cuyo amor al trabajo, no se encuentra entre sus principales virtudes.

Chuchar – Acto sexual que se realizaba en nuestro pueblo (y alrededores) en los años de la depresión. El mozo se encontraba con la moza en el trigal, el pajar, el huerto, o cualquier otro sitio propicio y ocurría lo irremediable. En la actualidad se buscan otros entornos más cómodos y bien se hace el amor o directamente se folla.

Chucho – En otras partes del mundo esto puede que sea un perro, pero en nuestro pueblo es un papo, o dicho en términos más científicos, un catéter natural que tiene el cuerpo femenino en la base del abdomen, flanqueado por ambas piernas y custodiado de cerca por su hermano mayor. De textura carnosa y agradable al tacto (sobre todo masculino), tiene una función bivalente, por lo que sirve tanto de conducto de entrada como de salida. Si bien la misión de esta última es la de hacer sentirse útiles al tito y a la taza del váter, la de la primera, mucho más placentera, no es otra que la de chuchar, para que nos vamos a andar con eufemismos. Fuente insaciable de pecado para algunos, es sin discusión, el factor determinante en cualquier tipo de negociación con el hombre, de la que ellas quieran salir airosas ¡y es que el agujerillo nos pierde!
Corcusilla – También conocida por rabadilla, es un conjunto de pequeños huesos que forman la base de la columna vertebral y que se encuentra donde la espalda pierde su buen nombre. Situada a la entrada del cañón de diablo, su forma de punta de flecha tiene como única función, la de indicar la dirección adecuada a los pecadores despistados.