Guisopo Utensilio que usa el cura para dar guisopazos. Herramienta litúrgica de mano con forma de chupa-chups hueco y agujereado. Su función es la de rociar con agua bendita a personas, animales o cosas. El cura sumerge la cabeza (del guisopo, claro) en el recipiente del agua, lo carga y a continuación, con gesto enérgico, esparce ésta sobre sus objetivos a modo de lluvia, lo que se conoce como guisopazo. Aunque fue creado con fines santificadores, lo cierto es que el cura le ha encontrado una doble utilidad, y el muy astuto, la mayoría de las veces recurre a él, para recordarnos de forma diplomática que el agua también existe, y que a misa hay que acudir después de haber pasado por la ducha. Por eso, cuando guiado por su olfato, da más guisopazos de lo normal sobre alguna zona ¡ya está! a alguno se le ha olvidado tan importante detalle. Para casos extremos, el cura dispone de otro utensilio paliativo denominado incensario. Cuando además de utilizar el guisopo, el cura utiliza también el incensario, es que la situación es grave y la amnesia general.