Introducción.

Hubo en Caracenilla desde tiempo inmemorial tres ermitas: San Agustín, sita en la Plaza principal; la de San Pedro, en la era del mismo nombre; y la de la Concepción (vulgo de San Antón, como escribe el Párroco D. José Antonio Almonacid en el Libro de Defunciones).

Antes del actual edificio hubo otra ermita de cuya construcción no sabemos la fecha, casi en el mismo lugar. Alguien dice que fue la primera ermita dedicada a la Inmaculada Concepción en España. Me parece demasiada afirmación; ya nos contentaríamos con que fuera la primera de la Diócesis.

En el “Libro de la Nueva Iglesia Parroquial de la Villa de Caracenilla y Licencia de la Ermita” se dice que “habiéndose arruinado la pequeña y muy pobre ermita de la Concepción de Ntra. Sra. que había en la inmediación al pueblo, en el Camino Real para las ciudades de Huete y Cuenca, deseoso el Sr. Penitenciario de la Santa Iglesia Catedral de Cuenca, el Dr. D. José Joaquín de León y Gascueña, natural de este pueblo, de promover y continuar la mayor devoción a tan admirable misterio, quiso edificar otra más decente y digna, en el mismo sitio, con la diferencia de 20 pasos más o menos más arriba para precaverla de las humedades”. En esta ermita antigua, sobre el altar mayor, sin retablo, había un cuadro de la Inmaculada y a los pies de la Virgen en uno de los ángulos, una efigie de San Antón. Este cuadro se colocó en la nueva ermita en el retablo neoclásico.