Caracenilla Iglesia Parroquial. Construcción, Curiosidades.

Los pagos corren por cuenta del Cura Párroco, D. Manuel Franco, con las remesas de dinero que el Sr. Canónigo le va mandando desde Cuenca por mano de vecinos del pueblo, algunas veces son eclesiásticos y a veces viene el Canónigo en persona. Este dinero algunas veces es de las rentas de alguna capellanía que el Canónigo cede para la obra, otras veces es de alcabalas o tributos que le ceden los frailes mercedarios de Cuenca.

Los pagos suelen ser semanales. Los jornales más comunes son de 4 reales diarios (a veces 5 reales); los oficiales cobran 8 reales (algunos 12 reales) y el Maestro de Obras cobra 20 reales. Con frecuencia el Sr. Cura paga por adelantado y luego desquita, para lo cual lleva un “Libro de Desquites”.

MATERIALES

Dice el Mtro. Arquitecto, Raimundo Carabella, encargado de inspeccionar el proyecto y el terreno donde se edificará, que cerca de la construcción hay abundancia de materiales: buena piedra, cal, yeso y buena piedra toba para las bóvedas, cúpulas y arcos. La mayor parte de los materiales son del término municipal de Caracenilla y pueblos vecinos. Toda la cal, que fue muchísima es fabricada por caleros en Pineda, con abundante piedra caliza, recogida en estos términos y cocida en hornillos de forma artesanal y cercanos al monte de Caracenilla. Por esta razón e igualmente para los hornillos de yeso, son muchas las peonadas (hasta 8 personas se cuentan en esta tarea) que se pagan por proporcionar leña para dichos hornillos; la leña es de Caracenilla o Caracena. Los hornillos de yeso se instalan cerca de la obra; se machaca y se cierne allí mismo (también la cal) para lo cual se compran pisones, harneros, una pala de madera para la cal, etc. Incluso anota el Párroco la bebida (vino, aguardiente) que regala a los que por la noche queman los hornillos.

Para sacar la piedra de yeso de las canteras, se contratan unos “taladreros” de la cuidad de Cuenca y se pagan partidas de pólvora y papel basto para hacer cartuchos. El yeso blanco para enlucir y cal para pintar se traen de Cuenca, Jabaga, y Arcos de la Cantera; yeso crudo para estucar de Noheda y Sacedoncillo.

Piedra de mampostería.- Son muchísimas las cargas o carros de esta piedra que se pagan a otros tantos vecinos; se les paga su jornal (peonadas) y el de las caballerías (obradas). Se compran para este acarreo angarillas o parihuelas.

Los vecinos colaboran gratuitamente en acarrear arena, ripio, yeso, cal, ladrillo, rajola, tejas, etc. a los que cada tanto el Cura convida con vino, aguardiente, etc. (también se anotan estas partidas)

Las vigas, tanto para los andamios como para el tejado en buena parte son de la zona.

La teja y los ladrillos (¿baldosas?) son del tejar de Castillejo (también de Caracena). El Mtro. Tejero es Gabriel Camino, con el que se hacen las contratas. Además de tejas normales, habla de tejas maestras. Las tejas son acarreadas desde Castillejo, bien a sueldo, bien gratuitamente por los vecinos, a quienes el Cura convida por este trabajo.

Piedra de sillería.- Parece que toda la sillería (de arenisca) está sacada en canteras de Caracenilla: Cerrillo de la Horca, cantera del Prado de la Cañada, del Viso del Pinar y de la Solana o Zarzuela (de arriba y de abajo): de aquí sobre todo la piedra dura para el zócalo del retablo, (¿pero será también todo el jaspe que tiene el retablo?, porque nombra a tres vizcaínos que trabajan sacando y tallando la piedra dura). Los muchos sillares que tiene la iglesia (esquinas, portadas, torre, zócalos de paredes y machones interiores) están labrados aquí, bien en la cantera, bien a pie de obra; (¿también se labrarían los jaspes del retablo?). Son muchos los jornales que se pagan por acarrear los sillares bien en carro, en carreta, en narrias o a carga. Parece que había una carreta de bueyes propia de la obra y a sus servicio un carretero. Hay bastantes partidas de pienso (paja, centeno,...) para estos bueyes e incluso alguna medicina para un buey enfermo (salvado, aguardiente,...). Incluso se compra sebo para engrasar la carreta.

Son también muchos los carros y cargas de tobizos (piedra toba) para las bóvedas, los arcos y las cúpulas. En alguna de las esquinas exteriores se puede observar algún sillar de piedra toba; y bastantes paredes exteriores están incrustadas de piedrecitas toba; otras incrustaciones son de piedra caliza.


TRABAJADORES


Peones.- (4 ó 5 reales diarios). Con variantes llegaron a ser hasta 25 ó 30. La mayor parte eran de Caracenilla; pero también había de Caracena, Pineda, Castillejo, Huete, Bonilla, Palomares, Jábaga, Valparaíso, Carrascosa,...

Sus tareas eran varias: Abrir zanjas para cimientos, echar piedra en los cimientos, acercar materiales como piedra, ripio, arena, subir material a los andamios, traer agua, sacar arena en la cantera, ayudar a sacar y labrar sillares, amasar cal o yeso, levantar los andamios, ayudar a los albañiles,...

Oficiales.- (8 a 12 reales diarios). Llegaron a ser 9 ó 10. Entre estos hay que contar a los albañiles, los canteros, talladores de piedra, etc. Sus tareas: Sacar y labrar sillares, fundar o sentar cimientos, hacer pared, machones, pilastras, bóvedas, arcos (para esto hacían también los arcos moldes de madera), cúpulas, tejado, e incluso labrar los jaspes del retablo mayor; también labraron la estatua de San José de la fachada sur, para lo cual desde Huete condujeron con dos pares (de mulas o de bueyes) una piedra muy grande. Había un oficial de la cal.

El maestro de obras.- era D. Francisco Toledo, de Palomares del Campo (que luego es sustituido por su sobrino Juan Frco. Toledo); se hospeda en casa de un vecino, primero en casa de Juan Alambra, a quien el Cura paga 7 reales diarios por alimentos y alojamiento, después en casa de Juan Pérez, que cobraba sólo 5 reales diarios; incluso le proporciona un colchón para el Maestro, para lo cual compra tela (3 varas de terliz) lana y paga a una mujer que lo haga. El Maestro indica los materiales, tasa los trabajos, señala el suelo, busca trabajadores.

Materiales de hierro.- Algunas cosas ( cubos, clavos, baranda y balaustres del coro y del púlpito, etc.) se traen de Madrid o Cuenca y se paga precio y porte. Pero la mayor parte de los elementos para la iglesia o la obra las hace el herrero del pueblo, Pedro González Fuente hace instrumentos de trabajo para la obra como palas, picos, palustres, clavos, arma la baranda del coro y de los púlpitos, aguza los instrumentos de trabajo, rejas para las ventanas, las veletas, elementos de hierro para las puertas, ventanas y retablos, hace una garrucha, tornillos, argollas, etc. Hace los “callos” para los canteros de piedra dura. La bola de cobre sobre la linterna de la cúpula la hace el calderero de Gascueña. El herrero hace una almadana para los canteros. También hicieron elementos de hierro los herreros de Pineda y Valparaíso. Este en concreto hace azadas, batidoras de cal y cuñas para rozar los sillares.

Hay otros trabajos para la obra que se venden a la misma: serones, espuertas (hechos en Saceda, Moncalvillo, Portalrubio, Valdemoro) tomizas, sogas, vencejos (en Caracenilla, Verdelpino, Saceda). Incluso el Cura compra algunas cargas de esparto para hacer tomizas; es ejemplar que el Cura señala: “Al ciego por hacer tomizas tantos reales”; el herrero hace agujas de pleita para coser espuertas y serones. Se compran hondas al cabestrero de Huete para subir los jaspes del altar mayor; también sogas para la carreta de bueyes.

Se paga al pregonero para que avise al pueblo que vaya por arena, ripio, cal, yeso, teja, ladrillos, etc.

Al boticario de Castillejo se le compró aceite de linaza y ungüento (aceite) de palma para limpiar los cuadros del “Apostolado” y los de las pechinas; y resina para “echar una pieza” a algunos sillares.

Se compra aceite para untar los moldes de los angelillos de la media naranja.

Se compra una tabla de nogal para hacer las terrajas para hacer las molduras de las cornisas. Aguardiente para bruñir cornisas y pechinas.

Antonio Ruiz, Maestro Tallista de Villarejo del Espartal hizo el tornavoz y las escaleras de madera de los púlpitos.

El carpintero Alfonso Arias hizo el cancel.

A partir de primeros de 1792 se hace la torre (el último cuerpo) pues el Cura anota: “vencejos para la torre (andamios), clavos para los andamios de la torre, vigas velas para los mismos”.

El Maestro Organero, Francisco Navarro, de Cuenca, visita el órgano de la iglesia vieja, lo quita (25 de abril de 1790) y construye otro nuevo. A este le paga directamente el Sr. Canónigo.

El 6 de octubre de 1791 ya están poniendo el tejado.

Respecto a la iglesia vieja (s. XVI) hacen las siguientes faenas: quitar la teja, deshacer la iglesia vieja, hundir las paredes, (no se hundió toda la iglesia, creo que las paredes de la capilla del Cristo y de la Virgen son del s. XVI e incluso alguna parte del s. XIII) tapar la puerta de entrada ( diciembre de 1790, Fernando de la Puerta) tapar la capilla mayor, sacar cadáveres en los cimientos de los machones, quitar retablos y llevarlos junto con otros muebles a la ermita de San Pedro para depositarlos allí entre tanto se termina la iglesia.