Caracenilla. Devoción al Stmo. Cristo de la Luz.

Podemos proponer como rigurosamente históricos unos cuantos datos sobre la devoción de Caracenilla al Santísimo Cristo de la Luz. De los tres libros sobre la Cofradía de la Vera Cruz existentes en el archivo parroquial, el primero comienza en 1706.

En ellos se refleja que la Cofradía se reunía en la sacristía de la iglesia parroquial, con la presidencia del Sr. Cura Párroco (D. Constantino Bruno Castillo y Jaraba), dos veces al año, una el Domingo de Pasión, en la que se repartían los diversos oficios para los cultos de Semana Santa y Fiesta de la Cruz de Mayo, como son llevar las cruces y estandartes, portar las andas del Stmo. Cristo y de la Virgen de la Soledad, organizar la procesión, velar ante el Monumento e incluso guardar el pueblo durante las ceremonias; otra el domingo "in albis" (primero después de Resurrección) donde se elegían mayordomos responsables de la Cofradía y de su economía, rindiendo cuentas de ingresos y gastos anuales, y a los que se les encargaba de una manera especial el cuidado de la imagen del Stmo. Cristo, de su altar y de la lámpara siempre encendida. Una de las partidas importantes de los gastos era lo abonado al predicador de Semana Santa, Resurrección y Fiesta de la Cruz de Mayo.

En 1792 el nuevo Párroco, D. Manuel Franco, dirige una exhortación a los cofrades para corregir la tibieza en que han caído muchos de los hermanos. Durante la construcción del nuevo templo parroquial, tal como está ahora (1789 a 1793) las juntas de la Cofradía se tienen en la ermita de San Pedro, que desempeña las funciones de iglesia parroquial.

En 1816, el nuevo párroco, D. Domingo Triguero, dio nuevo impulso a la Hermandad. Para estas fechas ya hacía tiempo que en las procesiones de Semana Santa se llevaba la imagen de Jesús Nazareno, no la del Stmo. Cristo.

Tan arraigada se ve que estaba la devoción al Stmo. Cristo, que en la nueva iglesia parroquial, se dedicó una capilla, adornada con los emblemas de la pasión a esta querida imagen, tal como está en la actualidad.

A pesar del celo pastoral del Sr. Cura la Hermandad se deterioró tanto que el mismo cura se vio obligado a disolverla en el año 1835.

RESURGE LA HERMANDAD

Un nuevo párroco, D. Agustín Muñoz, impulsa el renacimiento de la Hermandad. El 18 de Abril de 1852, reunidos bajo la presidencia del párroco varios vecinos entre ellos los sacerdotes de este pueblo, D. Miguel Gascueña y D. Isidro José de León, decidieron restablecer la Hermandad, redactar nuevos Estatutos y fijar el 14 de Septiembre como fecha de la Fiesta del Stmo. Cristo de la Luz, nuestro Patrón, en el tenor siguiente:

"Constitución 1ra.: Primeramente ordenamos y estatuimos que la expresada Cofradía en el día de la Exaltación de la Santa Cruz tenga obligación de celebrar y celebre con la solemnidad acostumbrada la Fiesta anual al Stmo. Cristo de la Luz, nuestro Patrono, con primeras y segundas vísperas, procesión, Misa y sermón".

"Constitución 2da.: Ordenamos que el día 3 de mayo de cada año, se cante una Misa por los hermanos vivos y difuntos, poniendo en andas la Cruz que para el efecto hay en la sacristía y después de la Misa se cante un responso general debiendo asistir a esta función tanto como a la de la Exaltación todos los hermanos que no estuvieren legítimamente impedidos bajo multa de dos reales".

Sigue después la lista de los hermanos, insistiendo en que deben guardar como festivo el día 14 de Septiembre.

En lo sucesivo la Hermandad tiene dos juntas, una el Domingo de Ramos, para repartir los cargos para organizar la Semana Santa, Resurrección, Cruz de Mayo y 14 de Septiembre. En las procesiones de Semana Santa se llevan las imágenes del Santo Cristo y de la Dolorosa.

Las Constituciones de la Hermandad se reformaron en 1887 y 1890. La Hermandad aún existía en 1901.