LOS MAYOS

Origen y evolución

Su origen se pierde en el tiempo, siendo una tradición muy arraigada en toda la península especialmente en la vertiente mediterránea.

Se trata, sin duda, de la evolución y adaptación de la antigua celebración céltica de Beltane asociada al momento en que la tierra se dispone a ofrecer su cosecha, que se pretende sea propicia con ritos y ceremonias.

Históricamente, el festival de Beltane era el foco primario del año de una comunidad. Antes de que los romanos dividieran las estaciones en un calendario de 12 meses, el año céltico fue marcado por cuatro cuartos: Beltane, Lughnasadh (`Luna-`Luna-sa '), Samhuinn (`Sa-wain ') e Imbolc.

De éstos, Beltane fue el mas celebrado. Se celebraba lo más frecuente y perceptiblemente posible. Los festivales no tenían fecha fija y se guiaban por la estación pastoral coincidiendo con la luna llena. Coincidía con el florecimiento de los espinos y era el tiempo para mover el ganado.

Se aprovechaba esa época para realizar las alianzas matrimoniales, estableciendo vínculos entre comunidades que tenían un objetivo común.

El elemento principal era el fuego. Se apagaban todos los fuegos de la comunidad y se encendía un nuevo fuego. Luego los integrantes de la comunidad llevarian el fuego a cada uno de sus hogares (texto recogido y traducido de www.beltane.org)

El conocimiento actual que tenemos de los mayos es la evolución de esta antigua celebración y la adaptación a momento social y religioso de la época.

Las antiguas crónicas de festejos cuentan como los jóvenes se dedicaban a rondar y adornar con flores las casas de las jóvenes y las puertas de las iglesias.

La costumbre que más ha perdurado es la de colocar en terrados y balcones viejos peleles al terminar la Cuaresma.

En algunos pueblos se colocaban también la noche que precedía a la de San Juan, en otros la mañana del Sábado de Gloria y casi siempre solía finalizar el festejo quemando los peleles entre la algarabía de la gente.